Hace apenas cinco meses fueron inaugurados en Colima dos puentes sobre el río Arroyo Seco, que comunicaban por un lado a la ciudad de Villa de Álvarez con el municipio de Minatitlán, y por el otro a la comunidad del Chical con la cabecera municipal de Coquimaltán.
Sin embargo, la creciente en el río hizo que se colapsaran algunas partes de la infraestructura, lo que generó fuertes críticas a la actual administración de la gobernadora morenista Indira Vizcaíno, pero sobre todo, abrió la puerta a las dudas sobre actos de corrupción, ya que el puente hacia Minatitlán tuvo un costo de 15 millones y el segundo hacia la comunidad de El Chical de 18 millones de pesos.
Hasta el momento el Gobierno de Colima no ha revelado el nombre de la empresa constructora, pero algunos diputados locales buscan obtener dicha información, aunque ni ellos han sido capaces de conocerla.
La gobernadora de Colima, Indira Vizcaíno, incluso minimizó los daños de los puentes entregados por su administración y han dejado incomunicadas a dos localidades.
La mandataria dijo que “no son daños estructurales como tal” al referirse que solo se derribaron las losas que sirven para entrar y salir del puente.
A través de un comunicado, la gobernadora de Colima enfatizó que “el puente Arroyo Seco acababa de ser reparado por la SICT, pues anteriormente medía 8 metros de diámetro y se amplió a 40 metros, además de que tenía solamente un metro y medio de altura y ahora tiene cuatro metros, ampliación que se hizo con los antecedentes que se tenían de lluvias y crecimiento de ríos”.